Hoy decidí ponerle manos al asunto. Porque así como estoy
seguro que bancarles la noche y el trago a mis amigos, es una forma de
distribuir la riqueza del estado nacional, usar mis horas oficiales de trabajo
para escribir esta mierda, es una forma de ajusticiar al sistema. Una pequeña
venganza. Una pequeña y estúpida venganza. Entonces, escribiendo de a pocos
renglones, ocultando de a ratos lo que escribo. Expuesto al acecho de chusmas
que polulan en los pasillos controlando si trabajas o no. Ni siquiera es su obligación.
Lo hacen gratis. La gente hace un montón de hijaputeces de forma gratuita.
Volviendo al asunto, hoy estoy haciendo un pequeño gran acto
de justicia y estupidez. Porque podría seguir
el juego: Simulando producir conocimiento, simulando producir
conocimiento útil para mantener el status
quo de este mundo de mierda. Y no, nada de lo que a mí se me ocurra sentado
en mi sillón o en ese cochino laboratorio le servirá a nadie más que a mí. Es
una mentira que la ciencia ayuda a la gente, la “ciencia” no es un sujeto, la
“ciencia” no tiene domicilio, la “ciencia” ayuda menos a la gente que caritas,
y tiene aún mejor prensa.
Hace siglos que hablamos de la pobreza, hay gente en las
universidades que sabe todo lo que se puede saber sobre la pobreza, hay “doctores”
en pobreza… Y nada ha cambiado, ya sabemos todo lo que necesitaríamos saber
para poderle darle agua potable y alimentos a todos los niños de este país y lo
sabemos desde hace muchísimos años. La idea de que el progreso científico es
progreso per-se, es, además de
estúpida, particularmente peligrosa. No está bien invertir en ciencia por
invertir en ciencia. NO LO ESTÁ. Nos comportamos como devotos de esta religión
pedorra, en donde ni siquiera tomamos vino, pero TODOS los que participamos
actuamos como una tribu de prestigiosos boludos que viven en un frasco lleno de
gas con olor a pedo.
Es una lástima, porque ese es el discurso que nos han vendido y es un discurso
en el que nos gusta creer, desde trotskistas, hasta fachos, pasando por
nacionalistas de discurso mediocre: “El país necesita científicos, necesita más
ciencia” el país NO necesita más ciencia, los que necesitan más ciencia son los
mismo que se benefician de los que producimos ciencia, sean de acá o de afuera.
La ciencia no es impoluta, la ciencia es un campo eminentemente político.
Intentar separar conocimiento de política es negar la intencionalidad en cuanto
al desarrollo de ciertos campos que se investigan en detrimentos de otro, es
obviar que la separación de la producción científica de su correspondiente
praxis social es una idea que responde al interés de las clases dominantes. Es
ser lisa y llanamente un pelotudo. El rótulo de hijo de puta solo le cabe a los
que nos quieren convencer de estos axiomas.

